Radio Makuto emite en los institutos en un dial
potente. No hay forma más efectiva de propagar el miedo. No es necesario contrastar las
noticias, ni desvelar la fuente, se vomita a unos oídos proclives a las
desgracias y se expande como mancha de aceite por toda la población. Si se
cumple lo anunciado se esgrime con ardor: Ya te lo dije. Si no se cumple la
profecía catastrofista siempre nos quedará el Menos mal. Los pesimistas
seguirán obstinados en posponer la aplicación de la plaga a un futuro incierto.
La cosa es tenernos acoquinados. Un botón de muestra.
- - El año que viene nos pondrán una
hora lectiva más. Me lo ha dicho Fulanita que tiene un conocido que es vecino
de un bedel de departamento de educación que se lo escuchó decir a su jefe que lo
había propuesto el consejero en una reunión a la que también asistió una
sindicalista que es cuñada de la peluquera donde va mi suegra. Palabrita del
niño Jesús. Hecho.
-
Normal. La forma más fácil de
echar peña. Ya me lo esperaba yo, y a tragar como con todo lo demás.
Recuerdo los practicantes de mi infancia. Antes
de clavarme el pedazo de aguja me pegaban un par de golpecitos en el cachete
para distraer mi atención, cuando estaba desprevenido me la hincaban hasta el
corvejón. Qué cabrones. Perdón por la grosería (merecida) y por irme de
discurso.
Recuerdo también (no será bueno tener tanta
memoria selectiva) a los gobernantes que tomaron las primeras tijeras cuando la
crisis explotó en todo su esplendor. Primer paso, lanzamiento de globo sonda,
si la población no se cagaba en la madre que los parió pues tijeretazo que te
crió. Si el colectivo al que afectaban los recortes daba mucho por saco pues se
iban a por el siguiente. ¿No recordáis la famosa línea roja de la educación y
la sanidad? Se la pasaron por el forro. ¿Y la de la subida de impuestos? Ídem
de ídem. El fin justifica los medios, hay que reducir el déficit a costa de lo
que sea. Y no hay más solución y el que diga lo contrario es un
indocumentado.
En la actualidad se han perdido las formas, ya
ni siquiera son necesarios los golpecitos en la nalga, la peña está
domesticada, ha aceptado el primer mandamiento (hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades y tenemos que pagar la factura) y se come los nueve siguientes
con patatas.
-
Y suerte que tenemos trabajo.
La testuz gacha es la primera estación
obligatoria para que sigan los círculos viciosos.
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