Me apasionan los combates profundos con alumnos.
Me dice uno de Bachillerato desde su ingenuidad más perversa.
- -Para qué sirve la filosofía, la
historia, los conocimientos de economía que nos transmites si los que mandan
hacen los que les da la gana.
El chaval tiene más razón que un santo, desde
esa practicidad que caracteriza a esta muchedumbre watsapera ha descubierto que
el saber no asegura el poder. O el poder como ellos lo entienden. No tengo
demasiado armamento para defenderme pero me atrevo con una frase que escuché en
boca del fallecido (y añorado ya) José Luis Sampedro.
-
-¡En mi hambre mando yo!
Salvador de Madariaga la tomó prestada de un
mísero labriego al que quería comprar su voto un cacique andaluz. La exclamación
fue un dique al poder abusivo. Mi alumno al escucharla a bocajarro sonrió
tenuemente, la profundidad de la sentencia fue agrandándose hasta derivar en
sonora carcajada. No podía dejarlo a medias y decidí recomendarle bucear en el
último testamento visual (obviamente estos zagales míos no son grandes lectores
pero sí grandes consumidores televisivos) del gran Indignado (recuerdo aquí
también para Haesel). Le dirigí a la entrevista
que le realizó Jordi Évole en el programa Salvados de la Sexta. A los 96
años, con una voz quebradiza, un profesor de la vida, impartía lecciones de
desapego, tal vez la única manera de combatir la ignominia que nos rodea.
Os dejo diez mandamientos de Sampedro (no confundir
con el de las llaves).
1. Se habla del derecho a la vida, y yo hablo,
del DEBER DE VIVIR.
2. ¿Qué puede hacer uno? Pues resistir, vivir…
y sobre todo, aprender, reeducaos.
3. Y que seas consciente de que tienes esa
libertad interior. Que te apruebes anti ti mismo.
4. Lo que eran valores antes, ahora son
intereses.
5. Si se tiene pensamiento propio se puede
resistir bastante, la formación intelectual lo convence a uno de que debe vivir
la vida con dignidad y que debe hacer frente en la compañía de sí mismo.
6. Me pongo en la situación del parado y es
profundamente amarga. Yo le daría un abrazo o unas palabras de consuelo.
7. El miedo, desgraciadamente, es más fuerte
que el altruismo, el amor y la bondad.
8. La Iglesia, no el pensamiento religioso,
como institución es una rémora para el progreso humano, es dogmática
esencialmente, la Iglesia no puede permitir el pensamiento libre.
9. El hombre libre primero razona y luego se
cree lo que ha razonado, al revés que en las religiones.
10. El último mandamiento de Sampedro fue la
discreción con la que se marchó (nadie se enteró hasta que fue incinerado) y la
elegancia que impregnó sus últimos momentos como explicó su viuda Olga Lucas: “Nos dijo que quería beberse un Campari, así
que le hicimos un granizado de Campari. Me miró y me dijo: Ahora empiezo a
sentirme mejor. Muchas gracias a todos. Se durmió y al cabo de un rato se murió”.
Si os animáis, cada uno con la bebida que considere adecuado (yo siempre seré fiel a la Voll-Damm), puede escuchar la sabiduría en diferido.
Tienes razón, Jordi. Es cierto que, en un primer momento, puede ser difícil apreciar el valor de algo cuando no le ves la ulitidad, pero que no se vea a simple vista no significa que no exista. Todos los pensamientos filosóficos y conocimientos científicos sirven en esta sociedad basada en la información, para formar personas que, por difícil que parezca debido a la situación actual, puedan ser políticos vocacionales y no profesionales, que actúen según la moral social y no según el beneficio de su propia moral individual. Sí, los que mandan hacen lo que les da la gana, pero porque realmente han llegado al poder para ganar dinero, no para gobernar.
ResponEliminaMuy buenos los mandamientos, ojalá se tuvieran en cuenta más a menudo. Únicamente, no estoy de acuerdo con el 7, el miedo no siempre puede al amor.
Un cordial saludo, Jordi.
El miedo domina al amor, tan solo con una lucha titánica en busca de la libertad consciente se doblega al gran enemigo del hombre.
ResponEliminaexcelente,y si ...hasta que la fuerza y el hartazgo deciden no darle más vida,no es fácil pero se logra ,en mi caso después de muchos golpes,gran verdad,es un enemigo terrible porque se nutre de nuestra inseguridad ,hasta que se le dice algo así,cómo en mi hambre y en el resto sólo mando yo,muy bueno,
ResponEliminaRosario, hemos de fortificarnos frente a la ignominia. Un saludo.
ResponElimina"Ojeando, que no hojeando, me he topado con tu entrada de narices y...me ha encantado. Como me encanta jose Luis Sampedro y el prgrama Salvados.
ResponEliminaLa frase " en mi hambre mando yo"... "me pone" Hoy que es un mal día, que me paseaba por estos lares sin rumbo y terminé en tu entrada, me voy con otro ánimo porque: "yo también mando en la mía".
Si me permites, me quedo en tu espacio. Gracias
Es un placer tenernos. Si te sirve de consejo, tras un mal día, si resistes, vendrán otros mejores. Se lo debemos a Sampedro. Bienvenida.
EliminaPalabras contundentes ....invitan a la reflexión.....y ya me siento mas fuerte....En mi hambre mando yo.....
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