divendres, 31 de gener del 2014

LA PAJA Y LA VIGA



Circulaba por los mentideros de mi preadolescencia con esa etiqueta de realidad sospechosa. No teníamos al Sr.Google para consultarle la base científica del castigo divino. Sin darle credibilidad los que habíamos empezado a deslizar nuestra mano por órganos laxos con vocación erecta realizábamos íntimas revisiones oftalmológicas por si se producía el más mínimo atisbo de borrosidad. Resumiendo, los agentes autorizados de castración (curas) habían difundido sibilinamente entre púberes incultos que si te la machacabas (versión grosera de la metafórica paja o de la técnica masturbación) fijo que perdías la visión. Hay que decir que la naturaleza y sus impulsos vencían cualquier amenaza, sobre todo, si algún alma caritativa  alentaba el fuego con revistas pornográficas que actualmente compartirían estantería con el Hola o el Qué me dices. 


Esta semana ha sido top ten de la risa el post aparecido en el Aula de Sexo que publica el ABC en su edición digital. ¿Cómo se evita la masturbación? Mis compañeros masturbadores y yo nos hubiésemos descojonado con semejantes reflexiones. La ceguera sí que era un verdadero freno para los ejercicios manuales, las chorradas que redactan estos neocapadores no hubiesen frenado un solo derramamiento de semen de mi época. Pero ya saben que me gusta buscar tres pies al gato, no quedarme en la costra de los que maquinan los perseguidores de la carne (saben que nos perdemos por el placer y aprietan como cosacos).
Dios es amor, lo proclaman a los cuatro vientos los seguidores del primer comunista (mira que le tengo rabia a ese calificativo para Jesús de Nazaret). Dios puede que sea amor pero la mala ostia que gastan sus seguidores es digna de ser reseñada. Las mujeres que abortan (y las que las secundan) son unas insensatas y unas anormales. Los gays (qué coño, los maricones de toda la vida), unos deficientes que se les puede curar con descargas eléctricas. Y ahora, van a por las pajas. 

No masturbarse es posible, forma parte de la decisión libre de cualquier persona y que es una muestra de madurez y valentía y no de debilidad

Moraleja, los que caemos en los brazos de Onán (qué mala fama le quedó al tipo por eyacular extramuros) podemos ser tildados de inmaduros y cobardes. Porque me sujetan (expresión muy de mi tardoinfancia masturbatoria) que si no, me los como.

En general el aburrimiento, la sensación de soledad, el miedo, el estrés y el cansancio son situaciones que pueden inducir a la masturbación.

Si seguimos las  pautas de los iluminados aguafiestas toda la población española anda en estos momentos agitando sus órganos sexuales. Tendré que llamar a Rosell (no el dimitido sino el capo de los empresarios) para darle pistas sobre la baja productividad laboral española. Seguro que no han considerado que en lugar de bajar los sueldos deberían precintar los lavabos para que los curritos/as no se hurgaran en horario de trabajo.

Los jóvenes que pasan tardes enteras en centros comerciales acaban “buscando pareja” para pasar el rato. Los “rollos de una tarde” no te preparan para el amor,  más bien,  te predisponen para compensaciones como la masturbación.

Además desalentando el consumo juvenil. Yo creo que McDonald’s, Burguer King y Desigual tendrán que responder estos ataques retrógrados o se comerán un colín. Por un quítame allá esas pajas se van a cargar la cacareada recuperación económica.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida. ¿De qué te acusas, hijo? Ayer por la tarde estuve revisando todas las entradas del Aula de sexualidad, respuestas elaboradas por el equipo de profesionales que conforman el Proyecto educación de la afectividad y sexualidad humana, adscrito al Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. ¡Vaya rollo, chaval, al grano! Es que no vi ninguna respuesta a los casos de pederastia de los sacerdotes de la Casta Madre Iglesia. ¡Hereje de mierda, vade retro satana, vete a masturbarte con todos los insensatos, deficientes y cobardes y déjame en paz.

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