dimecres, 4 de febrer del 2015

EL MINOTAURO GLOBAL



Se ha cargado con una mala fama inmerecida. La andanada que le dio a la troika el rockero Varoufakis, el nuevo ministro syrizero de Economía de Grecia, nada tiene que ver con esos calificativos que le otorgan los loritos peperos. ¡Un antisistema! Y se quedan tan anchos, así descalifican a todo bicho viviente que mueve la silla de gerifaltes del chollo. ¡Han venido para cargárselo todo! Como si ellos nos tuvieran en la reproducción del Paraíso.

El bueno de Yanis (la confianza se basa en el reconocimiento de su valía) creó una metáfora económica de primera magnitud hace ya un par de años. EL MINOTAURO GLOBAL. El monstruo era EEUU y saciaba su apetito absorbiendo los excedentes industriales de medio mundo. Toda la carnaza iba a parar a Wall Street que ventilaba los beneficios hacia tres canjilones que hacía girar perfectamente el sistema. Proporcionaba crédito a los consumidores americanos (recuerden las hipotecas basura), invertía en las multinacionales americanas y compraba bonos del Tesoro americano. Todo rulaba a la perfección hasta que el circuito se fastidió en 2008 por la voracidad excesiva de Wall Street que inyectó demasiada energía en el proceso (sumándose los Bankia europeos que descontrolados no tenían manos para recoger tanto dinero).
Varoufakis afirma que la muerte del Minotauro ha tenido unas consecuencias brutales para Europa (y por ende, para su Grecia natal). ¿Quién asume ahora su excedente industrial? Por lo tanto, paro, paro y más paro. Deuda privada, deuda pública y deuda que te crió. Las políticas austericidas impuestas por el norte merkeliano han paralizado todo el negocio. Mandar a tomar por saco la troyka es lo mínimo. Su ineficiencia es manifiesta, seguir con la farsa es condenar a la pobreza a media Europa.  
Yanis sabe de historia y de palabras prohibidas. No se olvida que en 1953 se produjo la Conferencia de la Deuda en Londres que se apiadó de Alemania y le limpió gran parte del pago de las reparaciones. Grecia no ha provocado ninguna guerra, lo de vivir por encima de las posibilidades y la corrupción es compartida con el norte, por lo tanto, hay que arreglar su monstruoso déficit público y su futuro. ¡Hay que cumplir con los compromisos! De acuerdo, afirma Vaurofakis, en lugar de dejar de pagar la deuda, o la palabra tabú quita, hablemos de cambiar cromos, de cambiar deuda por bonos sujetos a la mejora industrial griega. Un eufemismo para que no se pongan farrucos los deudores del Sur y para empezar a recomponer un puzle al que le faltan piezas. De momento se ha dado un garbeo por las plazas más fáciles y parece que no le han echado a patadas. Queda Draghi y Merkel, ¡torres más altas han caído! Supongo que Yanis le puede recordar la deuda que dejaron los nazis en Grecia (obligaron al Banco central a producir dinero para comprar tanques) a final de la Segunda Guerra Mundial y que nunca más se supo. ¡Los compromisos son los compromisos! Ah, solo los de los pobres, ¿no?
Les recomiendo para acabar de venerar al personaje que lean los argumentos que maneja para entender por qué la izquierda europea está desaparecida en combate. Acuérdense de los intentos fallidos de Hollande o de los vaivenes sin chicha del PSOE en España. Según Varoufakis todo viene por la connivencia con la que trataron al poder financiero para que les sufragara el Estado del Bienestar. Se les desmadró y luego no pudieron evitar que les devorase. Que se lo digan a Zapatero.   

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