Se ha cargado con una mala fama inmerecida. La
andanada que le dio a la troika el rockero Varoufakis, el nuevo ministro syrizero
de Economía de Grecia, nada tiene que ver con esos calificativos que le otorgan
los loritos peperos. ¡Un antisistema! Y se quedan tan anchos, así descalifican
a todo bicho viviente que mueve la silla de gerifaltes del chollo. ¡Han venido
para cargárselo todo! Como si ellos nos tuvieran en la reproducción del
Paraíso.
El bueno de Yanis (la confianza se basa en el
reconocimiento de su valía) creó una metáfora económica de primera magnitud
hace ya un par de años. EL MINOTAURO GLOBAL. El monstruo era EEUU y saciaba su apetito
absorbiendo los excedentes industriales de medio mundo. Toda la carnaza iba a
parar a Wall Street que ventilaba los beneficios hacia tres canjilones que
hacía girar perfectamente el sistema. Proporcionaba crédito a los consumidores
americanos (recuerden las hipotecas basura), invertía en las multinacionales
americanas y compraba bonos del Tesoro americano. Todo rulaba a la perfección
hasta que el circuito se fastidió en 2008 por la voracidad excesiva de Wall
Street que inyectó demasiada energía en el proceso (sumándose los Bankia
europeos que descontrolados no tenían manos para recoger tanto dinero).
Varoufakis afirma que la muerte del Minotauro ha
tenido unas consecuencias brutales para Europa (y por ende, para su Grecia
natal). ¿Quién asume ahora su excedente industrial? Por lo tanto, paro, paro y
más paro. Deuda privada, deuda pública y deuda que te crió. Las políticas
austericidas impuestas por el norte merkeliano han paralizado todo el negocio.
Mandar a tomar por saco la troyka es lo mínimo. Su ineficiencia es manifiesta,
seguir con la farsa es condenar a la pobreza a media Europa.
Yanis sabe de historia y de palabras prohibidas.
No se olvida que en 1953 se produjo la Conferencia de la Deuda en Londres que se
apiadó de Alemania y le limpió gran parte del pago de las reparaciones. Grecia
no ha provocado ninguna guerra, lo de vivir por encima de las posibilidades y
la corrupción es compartida con el norte, por lo tanto, hay que arreglar su
monstruoso déficit público y su futuro. ¡Hay que cumplir con los compromisos!
De acuerdo, afirma Vaurofakis, en lugar de dejar de pagar la deuda, o la
palabra tabú quita, hablemos de cambiar cromos, de cambiar deuda por bonos
sujetos a la mejora industrial griega. Un eufemismo para que no se pongan
farrucos los deudores del Sur y para empezar a recomponer un puzle al que le
faltan piezas. De momento se ha dado un garbeo por las plazas más fáciles y
parece que no le han echado a patadas. Queda Draghi y Merkel, ¡torres más altas
han caído! Supongo que Yanis le puede recordar la deuda que dejaron los nazis
en Grecia (obligaron al Banco central a producir dinero para comprar tanques) a
final de la Segunda Guerra Mundial y que nunca más se supo. ¡Los compromisos
son los compromisos! Ah, solo los de los pobres, ¿no?
Les recomiendo para acabar de venerar al personaje
que lean los argumentos que maneja para entender por qué la izquierda europea
está desaparecida en combate. Acuérdense de los intentos fallidos de Hollande o
de los vaivenes sin chicha del PSOE en España. Según Varoufakis todo viene por
la connivencia con la que trataron al poder financiero para que les sufragara
el Estado del Bienestar. Se les desmadró y luego no pudieron evitar que les
devorase. Que se lo digan a Zapatero.
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