Quiero empadronarme en Madrid por unos meses.
Acepto que alguien me acoja en su regazo para figurar en el censo de la
capital. No tengo otra intención que poder votar en las próximas autonómicas y
ya advierto que mi voto será nulo porque pienso depositar dos papeletas, la de
Gabilondo y la de García Montero.
Parecía imposible que del PSOE decrépito pudiese
salir nada bueno, los discursillos llenos de soniquete progresista de Sánchez
no presagiaban verdaderos cambios, el aparato estalinista controlado por
barones, exbarones y prebarones seguía empecinado en lanzarse en vuelos sin
motor en cada consulta electoral. Lo de Tomás Gómez fue bochornoso, tanto, que
al final hasta el propio interesado lanzó la toalla de su defensa porque entre
paisanos se comprenden. Y por una de esas carambolas de la realidad, apareció
el Maestro Gabilondo para lanzarse al ruedo. Desoyendo las lecciones de
estrategia de su hermano Iñaki que le advertía que se metía en la
boca del lobo. El candidato se estrenó ayer citando a Kant: “la honradez es la mejor política”. Ángel,
el salto del Ángel (su mítico blog) y la ciudadanía humillada por años de
rancia caspa pepera, represora de libertades y privatizadora de servicios,
merecen que el lema se inscriba con letras mayúsculas en todas las vallas
publicitarias de Madrid. Para salir de la crisis de valores que nos empujó a la
crisis económica son necesarios políticos que tengan claras las prioridades. No
creo en chamanes que venden humo, no creo que les sea fácil reconducir los
vicios pretéritos pero creo que si alguien puede hacerlo es el Maestro Gabilondo, un tío
con luces. ¿Las primarias? No me gustan y sí, a veces pueden ser útiles pero
otras obligan a los candidatos al populismo, a la política de márketing. Hay
candidatos que no pueden someterse a ese desgaste o que no es recomendable que
lo hagan, es la parte más patillera de la política. Escucho los pitos del
sector Podemos. Es mi opinión porque he sido político y he visto las bases en
las que se sustenta el negocio. Por otra parte es obvio que el candidatos tiene
que ser reconocido por los suyos para poder presentarse con unas siglas pero no
puede enfrentarse a camisa despecheretada con otro candidato que lleva años y
años de política profesional (clientelista en muchos casos) tipo Gómez. Ha
llegado el momento de los extemporáneos, de los que nadie esperaba porque
tenían bloqueada la escalera los tripones y solo se puede subir por la de
incendios (si no tienen colocado algún bulto para obstaculizarla también).
Todavía no es definitivo, puede que al final al
Maestro Luis le aconsejen sus Iñakis (ayer escuchaba al Maestro Sabina temer
por su poesía y por su roce) que lo mejor es que las cosas sigan como están, que
deje la batuta a Tania Sánchez y sus enemigos, candidatos con carreras
lustradas de cargos en diferentes administraciones, fieles representantes de estructuras
caducas que no entienden que el viejo mundo político está en naufragio
constante.¿Cuáles son los avales del candidato? Yo no fui poeta para escribir versos perfectos, sino porque me sentía
heredero de Lorca, que fue asesinado; de Rafael Alberti , que vivió en
el exilio durante 40 años; de Machado…Si al final da el paso al frente sabe que tiene mi voto forajido.
Lo anterior lo escribe un catalán, que vive en
Catalunya, pero que siente una sana envidia por este movimiento
regeneracionista madrileño (¿otra movida?). Puede que la culpa la tenga el
aniversario de la muerte de Giner de los Ríos que ha provocado una
conjunción astral sin precedentes. En mi tierra inundada de banderas
tapacrisis la política sigue en manos de albaceas de familias de abolengo (la
comisión Pujol ha desenmascarado el cotarro). Coincido plenamente con la
Ferrusola, Catalunya no se merece esto. No es tan importante el derecho a
decidir como aquello que tenemos que decidir.
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