dimecres, 4 de març del 2015

AIXÒ NO TOCA



Uno es desconfiado de condición, no lo negaré, la vida me ha hecho así podría utilizar para justificarme. Tal vez mi vicio es otra cosa, es una cierta facilidad para detectar discontinuidades.
Jordi Pujol iba derechito a obtener un escaño en la historia gloriosa de la nación catalana, un quítame allá esas pajas de unos cientos de millones heredados no se sabe cuándo y administrados por no se sabe quién y no declarados por no se sabe por qué parece condenarle al oprobio de aquellos que le aplaudían a rabiar cuando erigían estatuas en su honor. ¡Desagradecidos! ¡Catalunya no se merece esto!  
Cerrada la puerta de la gloria patria tendrá que conformarse con pasar como autor de frases célebres. Todos lo recordamos con su entonación característica, extendida la mano, los ojos cerrados por su concentración y como quien deja caer una bolsa de basura dictaminaba: AIXÒ NO TOCA. Equivalía a un no me toquéis los bemoles que hablaré cuando me dé la gana, es una estrategia prima hermana del plasma de Rajoy, resumiendo, mando yo y obedecéis vosotros. Pujol no admitía regirse por los mandamientos de la actualidad o de la curiosidad de sus gobernados como lo hacen los polítiquillos de cortos vuelos, Jordi Pujol podía permitirse cual Von Karajan dirigir la orquesta y mandar callar a los revoltosos que le picoteaban la tranquilidad. 


Ya se sabe que cuando uno deja el cetro y lo cogen indignos sucesores (nadie ha dado la cara por el Dios catalán) y cuando el enemigo español achucha a los bancos andorranos y suizos para que derramen unas gotas de cicuta, lo que eran silencios se convierten en abucheos y en dos minutos en intolerables exabruptos. Pero parece que se ha acabado la abstinencia verbal de Pujol y su saga, ni rastro del celebérrimo AIXÒ NO TOCA, ahora, como aunados por la búsqueda de su verdad, religioamente (siempre) se pasean por la comisión de investigación y largan como cosacos hasta altas horas de la madrugada. Si no conocíamos ni sus nombres, hemos tenido que tirar de archivo para saber sus ocupaciones y sus chanchullos. Pero como ARA SÍ TOCA acaparan titulares, la gran Ferrusola a la cabeza, y generan controversias con humo y como diría la famosa vedette, siguen en el candelabro. Hay quien dice que es vergonzoso, yo digo que es sospechoso.
¿POR QUÉ AHORA SÍ QUE TOCA? Yo sospecho que son muy conscientes de que no hay nada sólido que los inculpe, que no se pueda tapar con una multa ridícula o una regularización forzosa, que no hay político de nivel en Catalunya que los intimide, que los expertos que van a la comisión no los entiende nadie o que hablan de situaciones ya prescritas. 
Cuando alguien encuentre un filón de los buenos, de los que hace pupita, ya verán ustedes (espero fervientemente que sea así) como se vuelve a instaurar la omertá del això no toca.
   

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