divendres, 17 de juliol del 2015

SOY UN PERVERTIDO


                                                                                DEDICADO A XOSE DÍAZ.

Yo como del cubo de la basura todo el tiempo. El nombre de este basurero es Ideología. La fuerza material de la ideología me impide ver lo que estoy comiendo efectivamente. No sólo estamos esclavizados por la realidad, la tragedia de nuestro dilema en el interior de la ideología es que cuando creemos que escapamos a nuestros sueños, en ese momento nos encontramos en la ideología.

Zizek es un filósofo contemporáneo provocador. En el 2012 creó un documental titulado Guía ideológica para pervertidos. Los días de verano son muy largos, se lo recomiendo, anda por el YouTube.
La palabra pervertido con su carga ABSOLUTAMENTE negativa es el cebo. Persona cuyo comportamiento sexual es considerado inmoral o negativo. Peste, huir, mucho mejor refugiarse en los solidarios, los bondadosos, los emprendedores, los altruistas o catervas semejantes. ¿Pervertidos? No, gracias, seguro que están detrás de una cortina machacándosela mientras contemplan a una Lolita vecina cambiarse de ropa.
Para encontrar el pervertido de Zizek hay que rascar más el diccionario, en el verbo que genera el adjetivo descalificativo. Pertubar el orden o estado de las cosas. A quién se le ocurre hurgar en la realidad, en el basurero, rebuscar explicaciones, hacerse la olla (expresión made in adolescentes). Obviamente, a un pervertido que no se conforma con la mierda que entra por sus ojos, por su boca y por sus orejas, y busca un orden entre el desorden. 



De acuerdo al sentido común, pensamos que la ideología es algo borroso que confunde la visión directa. La ideología deberían ser las gafas que distorsionan nuestra visión y la crítica de la ideología debería ser lo opuesto, como quitarse las gafas para ver por fin cómo son las cosas en realidad. Precisamente, y aquí el pesimismo de la película Están vivos está justificado, esta es precisamente la ilusión definitiva. La ideología no se nos impone simplemente, la ideología es nuestra relación espontánea con el entorno social, cómo percibimos cada significado y demás. De cierta forma gozamos nuestra ideología.

Zizek vuelve a la caverna, al bienestar que sienten los que rebuscan por el basurero. ¿Quién sale? ¿Quién se pone las gafas? Aquellos que tienen un UMBRAL DE NEGATIVIDAD más alto, aquellos que sienten incomodidad con lo que les rodea, que vomitan cuando consumen realidad enlatada por la ideología dominante. Es uno de los sentidos de VOZ ÁCIDA. 

La puya final del filósofo pervertido desincentiva la pertenencia al selecto grupo de los pervertidos:  La libertad duele. 

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